"PESCANDO EL AMOR"

 

 

Exactamente hoy, pero hace dos años, Aly Mipez, una reconocida bióloga marina, llegó a las Islas Galápagos, un lugar famoso por su biodiversidad, con el objetivo de escribir un libro sobre las especies marinas de la región. Durante los primeros seis meses en Puerto Ayora, se dedicó a recopilar información exhaustiva para su obra. Más tarde, su ritmo de trabajo disminuyó, lo que le permitió relacionarse con los lugareños, quienes se convirtieron en fuentes inagotables de datos. Fue en una visita al colegio local donde conoció a Tula Redes, una maestra que hizo de su estancia un verdadero paraíso.


Hoy, Aly tiene un plan muy especial. Tula no sabe de qué se trata ni por qué han salido a altamar, en la pequeña embarcación de exploración de Aly, en lugar de hacerlo en tierra firme.


Tula: "Aly, cariño, ¿puedes explicarme por qué decidiste que celebráramos en altamar y no en tu casa o en la mía?"


Aly: "Bueno, eh... sabes que en los ecosistemas marinos las relaciones simbióticas son esenciales para el equilibrio, ¿verdad? Pues siento que tú y yo somos como el pez payaso y la anémona... yo nerviosa dando vueltas, y tú allí, ofreciéndome refugio. Y... ¡oh cielos! Mi frecuencia cardíaca está como si estuviera observando el apareamiento de los pulpos de anillos azules. Lo que intento decir, con todo este caos taxonómico, es que... ¿te gustaría ser mi coautora en este estudio de la vida, con capítulos llenos de amor, risas y un poco de desorden controlado?"


Aly saca un anillo de una pequeña cajita con forma de almeja, mientras una oleada de nerviosismo la invade al ver la expresión de Tula, quien parece congelada en una mezcla de sorpresa y confusión. La sonrisa de Aly comienza a desvanecerse, dando paso a gotas de sudor que brillan en su frente, mientras sus manos tiemblan.


Aly: "Eh... ¿Cariño? ¿Qué...?"


Aly no termina la frase, pues Tula se lanza sobre ella para abrazarla, enterrando su rostro en su cuello. Aly deja salir el aire que llevaba conteniendo y sonríe con alivio.


Aly: "Entonces..." (dice Aly, sacando el anillo de la caja para colocárselo en el dedo, aún con cierta precaución).


Tula: "Entonces..." (dice Tula con voz seductora, sacando la cabeza del cuello de Aly y acercándose lentamente a su oído derecho. Mientras besa y muerde suavemente su mandíbula, extiende su dedo anular hacia la mano de Aly, quien comienza a deslizar el anillo sobre su dedo. Tula, consciente de los nervios de Aly, disfruta de la situación. Al llegar a su oído, susurra con tono seductor): "Mipez ha sido capturada por Redes."


Las dos estallan en una sonora carcajada y sellan su nuevo capítulo con un beso al atardecer.

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